A primera vista esta tarta se parece un poco a la tarta de queso, y es que la preparación de la galleta y de la gelatina de arriba es la misma. Lo que cambia es el relleno, que es una mousse de chocolate blanco.
La tarta que yo hice era bastante grande, pero no voy a poner las cantidades que utilicé, así que coged otro molde más pequeño.
Ingredientes:
- 250g de galletas tipo digestive o maría dorada.
- 60g de mantequilla
- 50 ml de vino dulce
- 4 claras de huevo
- 400 ml de nata para montar
- 4 ó 5 cucharadas de azúcar
- 200 g de chocolate blanco
- 6 hojas de gelatina neutra
- 200 g de mermelada de frambuesa
- Gelatina de frambuesa (también podéis hacer vosotros la gelatina mezclando mermelada de frambuesa con agua y añadiendo gelatina neutra)
Para decorar:
- Frambuesas
- Chocolate blanco
Preparación:
Hay que triturar las galletas. Yo utilicé un robot de cocina, pero también se puede hacer a mano.
Una vez que ya no queden trozos de galleta enteros, añadimos la mantequilla derretida y el vino dulce. Removemos hasta que queden bien integrados y la galleta parezca una pasta uniforme.

Cuando esté bien mezclado, la extendemos por el molde en el que queramos hacer la tarta y la metemos al horno durante 7 minutos a 180ºC. No la dejéis más tiempo metida porque sino luego se hace de más y se queda un pelín dura.
En cuanto que tenemos la galleta preparada hay que ponerse manos a la obra para hacer la mousse.
Batimos las claras a punto de nieve en un bol, y en otro montamos la nata. Cuando ambas estén preparadas las juntamos en un mismo bol y las mezclamos un poco, no hace falta que estén perfectamente mezcladas porque ya se van a mezclar después.
Dejamos la gelatina en un poco de agua fría para que se vaya hidratando y mientrar ponemos el chocolate blanco en una cacerola para que se derrita. También se puede hacer al baño maría o al microondas. Con el chocolate blanco debemos tener más cuidado que si se hace con chocolate negro o con leche porque si se deja demasiado tiempo al fuego se hace una pasta.
Después metemos la gelatina ya hidratada en el microondas hasta que se vuelva líquida y la añadimos, junto con el azúcar al chocolate blanco. Mezclamos bien.
El siguiente paso es muy importante, y es que hay que ir añadiendo el chocolate blanco a las claras y a la nata, pero muy lentamente y con movimientos envolventes para que no se bajen y se quede con la textura perfecta.
Para terminar con la mousse solo falta añadir la mermelada de frambuesa y mezclar. Si la mermelada está demasiado espesa es mejor calentarla un pelín al fuego hasta que se vuelva más líquida.
Volcamos la mousse sobre la base de galleta y lo metemos en la nevera durante unas 2 horas para que se vaya cuajando.
Pasadas las dos horas, preparamos la gelatina de frambuesa y la echamos sobre la mousse. Hay que tener cuidado de que la gelatina no esté caliente porque sino la mousse se va a deshacer y la gelatina se quedará con un tono blanquecino.
Volvemos a meter la tarta en la nevera durante otras dos horas para que se termine de cuajar y la gelatina esté lista.
Si se desea, la tarta se puede decorar por encima con chocolate blanco y frambuesas para que quede más bonita.
Cuando esté bien mezclado, la extendemos por el molde en el que queramos hacer la tarta y la metemos al horno durante 7 minutos a 180ºC. No la dejéis más tiempo metida porque sino luego se hace de más y se queda un pelín dura.
Batimos las claras a punto de nieve en un bol, y en otro montamos la nata. Cuando ambas estén preparadas las juntamos en un mismo bol y las mezclamos un poco, no hace falta que estén perfectamente mezcladas porque ya se van a mezclar después.
Después metemos la gelatina ya hidratada en el microondas hasta que se vuelva líquida y la añadimos, junto con el azúcar al chocolate blanco. Mezclamos bien.
Para terminar con la mousse solo falta añadir la mermelada de frambuesa y mezclar. Si la mermelada está demasiado espesa es mejor calentarla un pelín al fuego hasta que se vuelva más líquida.
Volcamos la mousse sobre la base de galleta y lo metemos en la nevera durante unas 2 horas para que se vaya cuajando.
Pasadas las dos horas, preparamos la gelatina de frambuesa y la echamos sobre la mousse. Hay que tener cuidado de que la gelatina no esté caliente porque sino la mousse se va a deshacer y la gelatina se quedará con un tono blanquecino.
Si se desea, la tarta se puede decorar por encima con chocolate blanco y frambuesas para que quede más bonita.
Esta tarta tiene una pinta estupenda, y estoy segura que de sabor es aún mejor! Gracias por compartir tu tus estupendas recetas con el resto del mundo, eres una gran cocinera :)
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