Los cake pops son otra invención de los americanos, y es que a hacer dulces no los gana nadie. En concreto, a la que se le ocurrió la idea fue a Bakerella, nombre que os sonará si ya habéis oído hablar de los cake pops.
Son muy sencillos de hacer, y es que sólo hace falta tener:
- 1 trozo grande de bizcocho (aproximadamente 1/4, aunque depende de la cantidad de cakepops que se quieran hacer)
- Frosting, que puede ser queso philadelfia, leche condensada, chocolate o dulce de leche, lo que más o guste y se os ocurra.
- Chocolate o cualquier otro tipo de cobertura
- Crocanti, fideos de colores, etc. para decorar.
En concreto yo he utilizado los trozos de bizcocho que me sobraron de igualar los de la tarta de calabaza y queso philadelphia para el frosting.
Desmigamos el bizcocho y lo ponemos un bol. Añadimos el suficiente frosting para poder hacer bolitas con el bizcocho, pero no añadir demasiado. No he puesto la cantidades porque depende de cómo sea el bizcocho de húmedo y del tipo de frosting que se utilice.
Hacemos unas bolitas del tamaño de una pelota de ping pong aproximadamente. Las colocamos en una bandeja y las metemos en el congelador entre media y una hora.
Sacamos los cake pops del congelador y fundimos el chocolate. Pinchamos las bolitas con un palo de piruleta con la punta pringada en chocolate. Metemos las bolas en chocolate hasta que se cubran por completo, sacamos y dejamos que escurra el exceso de chocolate.
Hay que tener cuidado y no remover la bola por el cuenco de chocolate, porque lo más probable es que se suelte del palo.
Cuando el chocolate no se haya terminado de enfriar, le espolvoreamos un poco de crocanti por encima y los dejamos enfriar.
Ya están listos para comer!
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