Este postre se parece un poco a las torrijas en el sabor, pero es más esponjoso y lleva más leche. Suele quedar muy dulce, así que si lo preferís podéis echarle un poco menos de azúcar, aunque yo recomiendo irlo probando para ver qué tal va quedando.
En los ingredientes, he de reconocer que suelo hacer esta receta a ojo, pero aproximadamente son estos. Sale una cantidad bastante grande, así que podéis reducir las cantidades.
Ingredientes:
- Miga de pan (también se puede rayar pan que ya esté duro) de un poco menos de media barra
- 3 huevos
- 1 litro de leche
- 6 cucharadas de azúcar
- La corteza de un limón
- Una ramita de canela
- Aceite para freír
Preparación:
- Se baten los huevos con 3 cucharadas de azúcar y se añade la miga de pan. No tiene que quedar excesivamente espeso, más o menos como la masa de buñuelos.
- Se pone la leche en una cacerola a cocer junto con la corteza de limón, la ramita de canela y el resto del azúcar.
- Poner en una sartén abundante aceite e ir echando la masa a cucharaditas para preparar los suspiros (tienen que quedar después de freír del tamaño de una pelota de ping-pong aproximadamente). No hay que echar cantidades unas bolitas muy grandes, porque después van a absober leche y van a engordar.
Si se quiere se puede quitar el exceso de aceite dejándolos escurrir un poco en una servilleta. - Una vez dorados por las dos partes se añaden a la leche hirviendo y se dejan cociendo durante unos 45 minutos.
La verdad es que están ricos tanto fríos como calientes, así que eso lo dejo a vuestra elección si os decidís a hacerlos.
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